La leyenda de La Llorona es una de las más conocidas y arraigadas en la cultura mexicana, y en Tehuantepec, Oaxaca, tiene una versión única y fascinante.

La Llorona era una mujer llamada María, que vivía en el siglo XVIII en Tehuantepec. María era una mujer hermosa y de noble cuna, que se enamoró de un hombre llamado Juan, un pescador humilde que vivía en la costa. A pesar de la oposición de su familia, María y Juan se casaron en secreto y tuvieron dos hijos. Sin embargo, la felicidad de la pareja fue efímera, ya que Juan murió en un accidente mientras pescaba. María, desconsolada por la muerte de su amado, se volvió loca de dolor y, en un momento de desesperación, ahogó a sus dos hijos en el río Tehuantepec. Después de cometer este terrible acto, María se arrepintió y se sintió consumida por la culpa y el remordimiento. Se pasó el resto de su vida llorando y buscando a sus hijos en el río, hasta que finalmente murió de tristeza. Según la leyenda, el espíritu de María se convirtió en La Llorona, una mujer que vaga por el río Tehuantepec, llorando y buscando a sus hijos. Se dice que La Llorona aparece en las noches, vestida de blanco, con el cabello suelto y los ojos llorosos, y que su llanto puede ser escuchado por quienes se acercan al río.



La leyenda de La Llorona en Tehuantepec es una historia trágica y conmovedora que ha sido transmitida de generación en generación, y que sigue siendo una parte importante de la cultura y la identidad de la región.