Effy se levantaba si es que dormía, en su tiempo libre siempre estaba en la note, le gusta vagar por Internet, cuando no, trabaja en el negocio familiar (una tienda de antigüedades muy acogedora), casi siempre si no estaba allí, estaba en su casa, no le gustaba mucho salir. Amaba la libertad que encontraba en su soledad. Era una persona realmente encantadora, tenia ese magnetismo que hacia que quienes la conociesen, la adorasen. Una mirada profunda que te hacia sentir como si fueses leído como una página. Verdaderamente era encantadora de ver. Esbelta con la tez pálida, una carita de otro mundo, era una muñequita, un dibujo, era imposible no verla y no querer apretarle los cachetes con ternura.




Ese día comenzó como cualquier otro en "Cuarto de Luna" (así se llamaba la tienda), Effy tomaba su mate y boludeaba con su celular, "tlan tlan" sonó la puerta al abrirse (tenía una campana en el marco superior izquierdo, típicas de algunas tiendas, para hacer notar que alguien entro). Effy no logro ver bien quien ingreso, solo que era una persona alta vestida de negro, ya que al pasar la puerta, este se dirigió hacia la derecha, quedando tapado entre estantes en uno de los pasillos repletos de artículos de todo tipo. La tienda tenía una variedad increíble de artículos antiguos y de diseño único, todo era muy astheric allí dentro, había relojes con péndulos muy finos tallados en madera, juegos de vajillas, cubiertos, cristalería en general, adornos, marcos, pinturas, instrumentos musicales, libros, objetos que ni la misma Effy sabía de que o para que eran del tiempo que llevan allí.






-Buen día, ¿te puedo ayudar en algo? (dijo sin moverse de lugar y sin siquiera apartar la vista de su celular). Siguieron unos segundos en los que no obtuvo respuesta. Se paró un poco ofuscada porque no le gustaba que la ignoren. - Holaaaaaa, buen día, ¿buscas algo en particular?- Dijo está vez. Nuevamente no hubo respuesta.
Dejo el celular debajo del mostrador, se arregló la ropa y lo rodeo para dirigirse hacia el pasillo, estaba acostumbrada a esas situaciones, por lo general no significaba nada que no le respondieran, pero de todas maneras siempre se aseguraba que todo estuviera bien.
Se dirigió con pasos firmes, de esos que suenan cuando el taco del borcego hace contacto con el parqué. Canino muy rápidamente y al llegar a la esquina del pasillo entre los estantes, giro hacia la izquierda con toda la confianza que uno tiene en sus movimientos. Entonces sintió como chocar con un muro, no pudo hacer nada, no tuvo tiempo, termino sentada en el suelo, con las nalgas un poco adoloridas por el golpe. Ella desde el suelo miro hacia arriba como quien mira un gigante, lo vio sacarse los auriculares mientras se daba vuelta, le tendió la mano que ella miro, todavía adolorida la agarro para que la ayudase a reincorporarse. Se paro totalmente sonrojada (cosa que era muy evidente en ella, sus cachetes parecían fuego de lo pálida que era ella) y miro el rostro de rasgos finos, de mirada calida y ojos verdes que lo miraba con una sonrisa medio burlona.





-¿Estas bien? ¿por que estabas en el suelo? (dijo en tono humorístico)-
Effy seguía muy colorada y entre enojarse o reírse, le gano la risa. Lo hizo relajada y naturalmente.
-Es que vine a ver por que no me respondías, y claro, estabas con los auris, igual no quise chocarte, discúlpame-
-Zewi- (Le dijo mientras movió su mano y la de ella de arriba a abajo, en ese típico gesto de saludo, ya que hasta ese momento, Effy no se había dado cuenta de que no le había soltado la mano). -No, discúlpame vos a mí, siempre ando con los auris y me olvidé de sacarme un lado cuando entre-.
-Effy- (Dijo tímidamente, seguía un poco colorada.
-¿Me devolves?- Effy lo miro extrañada. -La mano Digo-
Se sonrío un poco incomoda y lo soltó. -perdón, es que esto de la caída... Decime, ¿te puedo ayudar en algo? (Effy siempre era muy amable y cordial con la gente que entrababa Cuarto de Luna).




-La verdad te vi, desde afuera, ahí sentada totalmente inmersa en el cel, y no se por que, pero me diste tanta ternura que me dije, la tengo que conocer-
Las mejillas de Effy otra vez se prendieron fuego, quedo en blanco, y cuando parecía que iba a decir algo, Zewi continuó.
-Naa, sori, me pase. La verdad me dio curiosidad ese adorno- señaló hacia la derecha de ella, al pequeño objeto que estaba en exhibición en la vidriera. -Me pareció súper cute- término con una sonrisa sin dejar de mirarla a los ojos.
Effy fingió demencia ante el primer comentario.
-Es un tótem en realidad- (Effy tenia la costumbre de corregir a la gente, no lo hacia de malas, es que era mas fuerte que ella) -Agárralo si queres, así lo miras mejor- lo dijo tiernamente, ella era una chica muy dulce y cálida.
-¿Y eso que es ? - pregunto Zewi desconcertado, mientras lo tomaba en sus manos








-Es un talismán, en realidad un tótem representa un clan o el emblema de uno, pero bueno, ese particularmente no, más bien es una representación adaptada a nuestra cultura occidental. Ese búho que tenes en la mano simboliza un mal presagio, pero también es un guardián, la verdad particularmente creo que esas cosas no tienen mas que el valor que uno mismo le impregne o quiera dar, igual algunos vienen malditos- Soltó entre risas. -Naa mentira- dijo y se puso seria.
-ooookeyyy- dijo Zewi un tanto extrañado.
-me sigue pareciendo cute- dijo mientras pensaba... (Puta madre Zewi, que decís, no ves que la flaca se toma el tiempo de explicarte y vos respondes semejante pelotudez)
Effy se río una vez más. -Bueno, te dejo mirar tranquilo, voy estar detras del mostrador ese donde me viste desde la vidriera antes de entrar, por si necesitas algo- Lo dijo con humor, se dio vuelta para ir a su lugar, pero no antes de notar, que ahora el que se sonrojaba, era Zewi.






Se quedo unos segundos dubitativo, y no llego a decir nada. Siguió recorriendo con la mirada los estantes, de ratos la desviaba hacia el mostrador donde estaba Effy, la verdad se quedo con ganas de seguir hablando con ella, Effy se daba cuenta que él la miraba, pero fingía no hacerlo. Zewi paso de la zona de la vidriera a la parte de cristalería, para terminar en los estantes de los libros, no sin antes voltear y notar que Effy no estaba su lugar (bueno Zewi, relaja se dijo, la vas a ojear de tanta mirarla, seguro la espantaste y por eso se movió) al volver su mirada a los libros entre esas reflexiones, sintió que le tocaron el hombro (en ese típico gesto de toc toc pero con el dedo índice extendido).
-Zewi, -no quiero ser molesta y mucho menos irrespetuosa, pero en 10 tengo que cerrar- (fue muy natural y tierna la manera en que lo hizo).
Zewi se sonrojo (no por lo que dijo, si no porque era imposible que Effy no se hubiera dado cuenta de que el la estuvo buscando con la mirada)
-Re discúlpame, no me di cuenta de la hora, me voy a llevar el talismán, creo que se va a ver lindo en mí mochila- dijo y sonrió.
-Discúlpame vos a mi, es que fue un largo día y ya me quiero ir (sonrío Effy), seguime que te cobro-.
Zewi la acompaño, vio como rodeo el mostrador para quedar del otro lado. Entonces mientras le pasaba el talismán soltó.
-¿Hace mucho trabajas acá? Siguieron unos segundos de silencio entre que Effy pasaba el código por el Scan.
-Desde que tengo memoria estoy entre estas estanterías, reliquias y vejestorios- dijo al fin. -La tienda la abrió mi abuelo. ¿Pagas en efectivo o con tarjeta?-
Efectivo dijo Zewi mientras sacaba torpemente la billetera y le alcanzaba el dinero. De nuevo todo fue silencio..
-Bueno, como dijiste que lo vas a usar en tu mochila, no vas a querer que lo envuelva para regalo, este es tu ticket. Gracias por tu compra, volve otro día más temprano- Cerro Effy con una sonrisa.
-Dale gracias a vos- Respondió, se dio vuelta y camino hasta la puerta, para abrirla y salir. Effy lo siguió con la mirada hasta que desapareció en la calle de su vista.






Pasaron casi 3 tres semanas y zewi no volvió, y por alguna razón, Effy se sentía decepcionada, no entendía por que, pero quería volver a verlo. Ese día era uno como cualquier otro, gente que entraba a mirar, preguntaba pelotudeces y se iba






Ella le estaba envolviendo para regalo un lámpara a una señora cuando escucho el ruido de la puerta abrirse, era Zewi, que al entrar la miro e hizo un gesto con la mano de saludo, ella le respondió con una sonrisa y un leve movimiento de cabeza, casi imperceptible. Zewi dio unas vueltas mirando por aquí y por allá hasta que quedaron completamente solos.
-Hola Effy- dijo mientras se acercaba.
-Hola Zewi, pensé que no volverías. Respondió, mientras pensaba (puta madre Effy que decís, ahora va a pesar que lo querías ver)
-Es que hasta ayer por trabajo siempre viajaba, pero me ascendieron y ahora voy a estar fijo acá en la ciudad, la verdad re contento me puso la noticia, eso de no tener un lugar fijo me comenzaba a hartar (Dios zewi, tanto vas a hablar, ni te pregunto nada la piba, para.. se dijo así mismo)
-Ha mira, que bien por vos supongo (sonrío, siempre tan cordial) y decíme, ¿en que te puedo ayudar esta vez?
Zewi estaba por hablar, cuando empezó a sonar su teléfono, por lo que respondió rápidamente. -Si, re bien, porque ahora que se que voy a estar por acá y te puedo invitar salir, pase solo para eso- . Sonrío, mientras extendía la mano dándole un papel. -Re discúlpame pero tengo que atender esta llamada. pensalo. Chau effy- dijo y se dio vuelta para atender la llamada y salio por la puerta






Effy quedo medio descolocada, al abrir el papel, vio que era un numero, claro era el de Zewi.
--La verdad desde hace semanas no dejo de pensar en vos, no se por que, no se a donde nos pueda llevar esto, pero si se que quiero averiguarlo. Háblame cuando tengas un tiempo, quiero conocerte-- Decía al pie del numero en el papel.
Effy se sintió halagada, y de cierta forma conmovida, ella también se había sentido así durante esas semanas y hacia mucho tiempo que no la conmovía nada.
De cierta manera, sentía emoción y las ganas de saber donde terminaría todo esto.