La canción está incluida en el álbum Aftermath y es caracterizada por el sonido delicado y brillante del Sitar, un instrumento tradicional de la India y Pakistan que expresa de forma apropiada el sentimiento de depresión y desolación que experimenta el narrador, quién se encuentra en un funeral y siente la necesidad de eliminar los colores de todo lo que percibe para teñirlos de color negro.
Cuando Mick Jagger fue cuestionado por la razón que lo llevó a escribir una canción sobre el concepto de la muerte, él se limitó a responder que era más que solo un tema tan trivial del que ya se ha escrito tanto y que no sería una idea original de ningúna manera.
Se dice que Jagger tomó la inspiración de la novela Ulises del escritor irlandés James Joyce y buscó capturar su concepto de la tristeza y desolación universal.
La idea de incluir el sonido del instrumento oriental fue de Brian Jones tras una conversación con George Harrison, quién ya lo había utilizado para la canción "Norweing Wood" de The Beatles. Y solo fue cuestión de tiempo para que en un viaje a las islas Fiji, los integrantes de la banda fueron convencidos por el sonido del instrumento y se permitiera trabajar con uno.
Originalmente la canción era mucho más lenta como un tema de soul convencional, pero en una sesión de grabación Bill Wyman improvisó en el órgano una tonada que buscaba imitar la música de las bodas judías y la batería de Charli Watts componía a la par inspirado en la música de Oriente Medio.
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