Un periplo que duró desde 1941 hasta 1954 o 1956, según los casos. Lo peculiar de esta historia es que ninguno de los marinos que acabaron en el gulag habÃan sido procesados ni mucho menos condenados.
En esencia, fueron secuestrados y apartados de sus familias durante al menos catorce años, hasta que pudieron regresar a España en diferentes expediciones.
Estas páginas constituyen un recuerdo y un reconocimiento a su denodada lucha por la supervivencia./8683
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