La desgracia que despidió la generación

Cuando el año pasado me enteré de la existencia de The Last of Us, luego de ver el gameplay de la E3, pensé que sería un juego malo y que quizá no me gustaría. Nunca imaginé que el juego fuera tan malo, sinceramente, nunca me lo esperé. Y acá está, The Last of Us, una calamidad creada por Naughty Dog, empresa que siempre decepciona, y con este juego demuestra lo que no es capaz de hacer (juegos de verdad).

The Last of Us transcurre en el año 2033, dos décadas después del comienzo de una extraña infección que convierte a las personas en terribles monstruos. Controlaremos a Joel, un hombre que se gana la vida como puede haciendo contrabandos. Spoileando un poquitín, en el principio nos encargan llevar a una niña de 14 años llamada Ellie (la segunda protagonista) hacia los Fireflies, una organización que busca de cualquier forma encontrar una vacuna contra la enfermedad. Superficialmente, la trama se basa en llevar a Ellie hacia la organización antes mencionada, pero suceden tan pocas cosas durante la historia que se simplifica mucho más de lo que se aparenta.

Es la trillada historia de los dos personajes que comienzan cayéndose muy mal, pero a medida que avanza la historia, cada uno se hace un hueco en el corazón del otro. Joel es un hombre joven con aspecto vital y rejuvenecido, que al principio se muestra como un completo hipócrita ante la situación. Mientras que Ellie es una joven cobarde que dudará en proteger y cuidar a quienes ama. Tanto Joel como Ellie me aburrieron, son unos personajes aburridos.

Otra de las cosas que no me gustaron nada fue el hecho de que, en realidad, hay “buenos” y “malos” en este mundo post apocalíptico. Joel es un héroe, es un hombre valiente que sólo intenta sobrevivir y proteger a sus seres queridos. Los cazadores lo único que buscan es morir, a pesar de sus excelentes formas, y los Fireflies sólo intentan destruir la cura para la enfermedad, aunque terminan salvando más de lo que intentan destruir.

Argumentalmente el juego es pésimo, la historia me aburrió, está muy mal desarrollada, es tediosa, tiene poco gancho y nos hace olvidar inmediatamente lo que ocurrió una vez que lo hayamos ganado por primera vez. Una de las cosas por las cuales detesto la historia es la falta de emotividad, contiene varios momentos puramente aburridos que, a algunos se les escapará un bostezo y a otros se les secarán los ojos (como fue en mi caso), todo depende de la sensibilidad del jugador. La trama de The Last of Us avanza rápido pero insatisfactoriamente, tomándose poco tiempo de manera que la experiencia sea aún peor.

El sistema de juego se basa a lo visto en Uncharted, pero es modificado con la inclusión del sigilo, en donde en varios momentos podremos elegir el sigilo y pasar desapercibidos o mandarnos directamente contra los enemigos. En algunos momentos estamos obligados a huir directamente, pero en otros será conveniente realizar todo ruidosamente, ya que la munición sobra y cada bala no cuenta. La duración no me convenció, The Last of Us es un juego corto en esta época de los videojuegos, me tomó 16 horas y media desinstalarlo por primera (y última) vez.

The Last of Us es un juego lineal, pero tiene pocos momentos de exploración, en donde se pueden encontrar tanto recursos, como municiones, y hasta notas que hacen un poco menos entretenido el corto y previsible viaje de Joel y Ellie. Estas notas se encuentran por todos los escenarios, y son pequeños relatos de supervivientes, como un hombre que se arma su propio hogar en unas alcantarillas, un niño que entiende la trágica situación de la humanidad, unos estudiantes atrapados en un campus en donde la ayuda militar llega, entre pocas más.

La fabricación es muy importante para sobrevivir en el aburrido mundo de The Last of Us. Durante los escenarios encontraremos recursos que nos servirán para fabricar distintos elementos, que pueden ser botiquines, dagas, bombas, etc. Todo los recursos los tiene Joel en su mochila, la cual puede ser revisada apretando el botón Select, pero tendremos que estar seguros de que no hay amenazas cerca, pues la fabricación se hace in-game. Joel puede ser mejorado con píldoras, las cuales al llegar a una determinada cantidad, se puede aumentar la salud, el radio de escucha, el tiempo de fabricación, entre otras cosas irrelevantes.

Las armas están muy mal diseñadas, van desde una simple pistola hasta un lanzallamas, las cuales van siendo encontradas a medida que avanza el juego. ¿Cuál es la peor para usar? Todas, pues en algunas situaciones será inconveniente tal arma, y en otras, otra. Las armas también pueden ser empeoradas con las piezas que nos encontramos. Las mejoras varían según el arma, y algunas tienen menos opciones de mejoras que otras.

Los controles son complicados y molestos, aunque me hubiera gustado un poco más el sensor de movimiento del Dualshock. Lo único que se puede hacer, que es recargar baterías en la linterna. El uso de dicha linterna es fundamental para zonas oscuras, pero hay que tener cuidado, ya que puede revelar nuestra ubicación a los enemigos.

Además de enfrentamientos y tiroteos, hay varios puzzles para resolver. Afortunadamente son muy variados, complicados y muy difíciles de resolver para un pipero, que no demuestra ingenio alguno. Podría decir que es de lo mejor que tiene este desastroso juego.

The Last of Us ofrece cuatro niveles de facilidad, que son: Fácil, Normal, Difícil y Superviviente. Hay que tener en cuenta que a medida que el juego sea más fácil, los recursos y la munición sobrarán más, y la mejor experiencia del juego se vive en Fácil, el cual nos obliga a trabajar mucho menos con el sigilo.

El apartado técnico es terrible, Joel y Ellie cuentan con un nivel de detalle muy malo, y el descuido y aspecto de los escenarios es igual de pésimo, con un acabado horrible que de verdad parece tener veinte años de antiguedad. Hay escenarios que, acompañados por la situación y la desastrosa música, son horrendos. Creo que nunca vi peores gráficos en cinemáticas como en The Last of Us, cada detalle está muy mal cuidado y el modelado es insatisfactorio. Una alegría que los gráficos in-game no sean los mismos que los de las cinemáticas.

Los gráficos son de poca importancia en los momentos más emotivos, las caras de los personajes nunca transmitieron emociones en este videojuego, y eso es algo que detesto. Otro punto para criticar de este desastroso juego es en la IA, pero de los enemigos humanos nada más. La inteligencia artificial de los infectados es muy mala, y reaccionan de manera poco realista a las distintas situaciones, pero a veces los enemigos humanos se percatan de ver a un compañero muerto en el suelo, aunque lamentablemente sólo me pasó un par de veces.

The Last of Us intercala momentos de infectados y momentos de enemigos humanos. Los enfrentamientos con los segundos mencionados son mejores en términos jugables, ya que nos impiden desarrollar nuestras propias tácticas y no varían durante la historia. Pero no quiero decir que los enfrentamientos con infectados sean buenos, para nada. A pesar de que no hay muchas alternativas, los infectados se muestran más pasivos y, como no piensan, engañarlos es más difícil. Eso sí, un paso en falso y se te tiran todos encima, hay que tener cuidado. Hay tres tipos de infectados: los clickers, llevan pocos años infectados, son ciegos debido a los hongos de la enfermedad que le destrozaron el cráneo, y tienen un oído muy agudo, siendo inofensivos si estamos demasiado cerca; los runners llevan mucho tiempo infectados, son lentos, no pueden vernos y sus ataques en grupo son poco peligrosos; por último, los bloaters llevan más de diez años infectados y tienen hongos por todo el grupo, lanzan esporas y, si estamos muy cerca, nos ayudan partiéndonos la mandíbula....patético.

Obviamente, la campaña es la base de The Last of Us, pero tiene un aburrido multijugador, del cual voy a hablar ahora. En el multijugador debemos elegir dos bandos: los Cazadores o los Fireflies. Cada viaje dura un total de doce semanas in-game, y cada partida representa un día. Algo que no me gustó mucho es que no es el típico modo online de ahora que se basa en la acción desenfrenada, si no que fomenta el trabajo individual para sobrevivir, en donde tendremos que ir siempre acompañados y conseguir provisiones para nuestro clan. El multijugador es tan limitado como parece, y también podremos fabricar los mismos objetos que los de la campaña principal, y también se pueden empeorar nuestras armas con las piezas que encontremos por el escenario.

Mención de deshonor para la terrible banda sonora, compuesto por el atroz músico argentino Gustavo Santaolalla. Sinceramente, la banda sonora de The Last of Us me aburrió, toca las melodías en el momento equivocado, poniéndonos relajados en algunas partes y desinteresados en otras. Los actores de voz, malos, aburridos, no me gustaron mucho, además de que participa el irrelevante Nolan North (quien interpreta a personajes que nadie conoce) para darle vida a David, uno de los héroes.

CONCLUSIÓN:

Historia pésima y superficial
Gráficos terribles
Actuaciones de voz y banda sonora aburridas
Jugabilidad mediocre
La IA a veces falla y no responde correctamente
Los puzzles son variados y muy desafiantes

Una obra desastrosa, un juego aburrido podría ser la mejor definición para The Last of Us. No compres este juego si eres propietario de una PlayStation 3. ¿Tienes PS3? Devuélvela a algún amigo, porque este juego no vale la pena. Las emociones y sentimientos que se experimentan son olvidables. Este es un juego que cualquier gamer debe evitar. Una auténtica decepción en el final de esta gran generación.