La fortuna, sin embargo, les ha llevado en direcciones opuestas: mientras su mayor enemigo marcha hacia el norte para tomar el mando de la Galia, Cicerón se ve obligado a huir de Roma para escapar de sus enemigos.
Exiliado, apartado de su esposa e hijos, su vida siempre en peligro, al legendario orador le atormenta ser consciente de que ha sacrificado el poder en aras de sus principios.
Su regreso exigirá astucia, destreza y coraje, y durante un tiempo será una vez más el senador más importante de Roma.
Pero ningún hombre de estado, por inteligente que sea, está a salvo de la ambición y la corrupción de quienes le rodean./853
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